La Novena a María Desatadora de nudos, escrita por el padre Celeiro, está destinada a todos aquellos que, un día, al límite del sufrimiento, gritan su desamparo al cielo. Permite entregar a la Madre de Jesús todo tipo de dificultades, todo tipo de nudos: angustias. deudas,  búsqueda de empleo, búsqueda de vivienda, examen, enfermedad, dolor, aborto, ruptura, alcoholismo, droga, estrés, depresión… toda dificultad material, familiar, escolar, profesional o espiritual.

¿Por qué este cuadro?
Qué mejor explicación que la del Papa Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires: “Es la imagen de nuestra Madre que nos ayuda en nuestro caminar de todos los días por la vida.
Ella viene en nuestro auxilio; nos muestra a Jesús, nos lleva a Jesús. A Ella le encomendamos nuestras dificultades, nuestros “nudos”, especialmente los que afectan a la vida cristiana de nuestra familia.
Y sabemos que sus manos amorosas de madre, llena de ternura, se ocupan de nosotros.” (Jorge Bergoglio, SJ – Homelía del 15/08/1999).

¿Se puede rezar por alguien más?
Sí, es posible que ésta persona esté al corriente o no. Cuando rezamos por alguien que queremos, nos asociamos a su pena y nos adueñamos de su nudo. Es una acción de benevolencia.

¿Se pueden entregar todos los problemas, preocupaciones?
Sí, pero lo mejor es hacer una novena por nudo, por dificultad. Esto permite constatar las mejoras, los desenlaces.
Por otra parte, es saludable poder definir con palabras todo aquello que hace sufrir. Durante la novena, mencionamos el nudo explícitamente todos los días.

¿Cómo saber si los rezos son aptos a mi caso?
Los rezos escritos por el padre Celeiro enumeran todo aquello que hace sufrir a la humanidad, los desórdenes interiores y exteriores. Los rezos hacen eco en la vida de todos.
El rosario permite constatar que los episodios meditados de la vida de Jesús y María pueden compararse a nuestra propia experiencia. Es por ello que el rosario es la manera de rezar más utilizada por los católicos, es universal. Es un puente entre Dios y nosotros.

¿Y si me salté un día, un rezo?
María es antes que nada una madre, ella ve la intención. Cuando rezamos una novena no es ni una formalidad matemática, ni una fórmula mágica.

Es largo 9 días ¿y si no se me cumple?
Sí, 9 días es largo, pero es un periodo en el cual la dificultad que nos ahoga y la preocupación lancinante son nombradas, aclaradas bajo todos los ángulos y al mismo tiempo alejadas porque se las entregamos a María. Son 9 días de descarga, de alivio, de sosiego. Los frutos no son forzosamente inmediatos, y no son necesariamente lo que esperamos.
María no desata forzosamente el nudo entregado pero va a ayudar a identificarlo, a delimitarlo bajo diferentes ángulos conforme meditamos durante 9 días. Finalmente, por medio de la novena, puede mostrar como desatarlo uno mismo.